Los 33 de aquella memorable reunión del inicio de una nucleación de nuevo cuño en el sindicato contemporáneo, pasaron a la historia, no por ser los pioneros en una institución donde antes no existía ni remotamente la palabra: “derechos laborales “ ni mucho menos una organización que los defienda; serán recordados porque a pesar de incursionar en un terreno desconocido, donde lo normal siempre fue el avasallamiento y la explotación de los trabajadores, sino porque supieron visualizar que se podía transitar más allá del árbol y del propio bosque. El nuevo sindicato nació “moderno”. Aparte de la defensa de las reivindicaciones más sentidas de los trabajadores de la salud, intuyendo que solamente esto, no era suficiente.

Se adelantaron a su tiempo y obraron a futuro, el futuro que es una realidad hoy, en un mundo globalizado. Un mundo donde el capitalismo ha tomado otra forma. Donde ha englobado toda la vida cotidiana, tratando de homogeneizar ideologías, conductas y eliminar culturas e identidades nacionales. La alineación del ser humano y la erección de un nuevo dios: el mercado.

La resistencia como siempre, retrocedió hacia los sindicatos y luego a las centrales, pues la “unidad” se volvió en un tema de vida o muerte: pero este proceso también significa la adecuación y transformación estructural de la organización tradicional del nuevo obrero.

Las economías locales fuertemente influenciados por las multitudes, no tienen la capacidad de dar respuestas a los históricos reclamos populares y su dependencia de la deuda externa ha agravado la situación y la marginación de países subdesarrollados como el nuestro. El estado se siente impotente para cumplir los roles necesarios de brindar salud, educación y la generación de fuentes de trabajo.

En este sentido, muchos teóricos objetan seriamente el papel del Estado y pronostican que dentro de poco ya no será el objetivo fundamental en un planteamiento de cambio y de la toma de poder. Los más radicales afirman hoy en día que el mismo es una creación del capitalismo. Como un ejemplo y para invitarnos a la reflexión, debemos mirar el proceso latinoamericano de los últimos tiempos en que el mapa geopolítico está conformado por gobiernos de signos izquierdistas, quienes accedieron democráticamente a los poderes políticos y hoy tienen un preocupante concubinato con el neoliberalismo capitalista. Ya en toda la historia se dieron muchos casos del fracaso de muchas ideologías, principalmente las marxistas.

Ante este planteamiento que nos queda, que le queda al pueblo? Es mejor que los sectores populares tomen el toro por las astas. Muchas organizaciones hicieron la experiencia de desarrollo de economías populares. También muchos sindicatos en el mundo desarrollaron alternativas para que sus afiliados tengan acceso a la salud, la educación e inclusive en la generación de fuentes de trabajo. Aquí es donde entra a tallar, ya desde el 2 de agosto del año 1992, el Sindicato de Trabajadores del Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social SITRAMIS, fundado por estos 33 trabajadores de la salud, comandados por el Dr. Reinaldo Barreto Medina. Hoy a 27 años de aquel memorable evento, creó y gestionó para sus numerosos afiliados y otros sectores trabajadores el acceso a la salud, la educación y fuentes de trabajo.

La fundación ISMSTE, los convenios con el Colegio Nur, la UAP con su Facultad De Ciencias Biomédicas, Jurídicas Y Sociales, la formación de miles de Técnicos Superiores de Salud con el ITSFAP y ITSNUR, abriendo locales en todo el interior del país, para que la juventud campesina se capacite y pueda tomar las riendas de su futuro, es una muestra de lo que debe hacer para cambiar la historia.
Esta nueva etapa, en que un nuevo signo político se inaugura en el palacio de los López, estamos seguros que el SITRAMIS, no bajará la guardia en defensa de los trabajadores de la salud. En el horizonte se avizora una gran pelea por la ley de la Función Pública más justa y que respete los derechos adquiridos de todos los trabajadores del Estado.

Según el contrato colectivo de condiciones de trabajo, el capítulo 1x, Art. 61 de las asignaciones familiares. El – Ministerio de Salud Pública Y Bienestar Social, abandonara al funcionario en concepto de asignación, el equivalente al cinco por ciento del salario mínimo vigente, por cada hijo menor de diez y siete años y sin límite de edad para los hijos minusválidos. Esta asignación no forma parte del salario.

El SITRAMIS ofrece su asesoramiento y otros en sumarios administrativos, traslados, trámites administrativos laborales ante el Ministerio. Se atiende de lunes a viernes en horario de oficina y los sábados hasta las 13:00 hs.